Introducción

Ilustración decorativa

Este Plan de Acción proporciona directrices para los esfuerzos de Noruega por la promoción de los derechos de la mujer y la igualdad de género en la política exterior y de cooperación internacional. Al referirse a las niñas y mujeres, el Plan de Acción incluye la diversidad de niñas y mujeres, independientemente de su origen étnico, edad, discapacidad, orientación sexual, e identidad y expresión de género. El Plan de Acción contribuirá al alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030, en particular el Objetivo 5, sobre los derechos de la mujer e igualdad de género.

Los derechos de las niñas y mujeres e igualdad de género tienen que ver con el reparto justo y equitativo del poder, la influencia y los recursos, independientemente del género. La perspectiva de género ayuda a comprender de qué modo normas, actitudes, tradiciones, instituciones, estructuras, reformas y medidas pueden afectar a los géneros de manera diferente, y cómo se ven afectadas las oportunidades de cada persona.

En su capacidad de líderesas, empresarias, políticas, principales sustentadoras familiares y parejas, las mujeres poseen experiencias, perspectivas y recursos que son para el beneficio de la sociedad. Fortalecer el papel social de las niñas y mujeres es optimizar la utilización de los recursos que poseen. Trabajar en favor de los derechos de las niñas y mujeres e igualdad de género, es sinónimo de actuar en pro de la igualdad, la libertad y el poder, y de las oportunidades y condiciones de vida de todos.

Las niñas y mujeres del mundo entero tienen ante sí obstáculos impuestos por las normas de género y otras barreras estructurales. Las mujeres y los hombres no son grupos homogéneos, ya que tienen experiencias, necesidades, puntos de vista e intereses diferentes, dependiendo de factores tales como la clase, el origen étnico, la discapacidad y la edad. Estas experiencias y necesidades pueden no solo ser diferentes, sino también opuestas. En muchos casos, distintas causas de discriminación pueden interactuar y reforzarse mutuamente, aumentando con ello el riesgo de exclusión y discriminación. Algunos ejemplos son la edad, discapacidad, religión y creencia, etnicidad (incluida la apariencia física), orientación sexual e identidad de género.

La discriminación y desigualdad de género les afectan también a los niños y a los hombres. En determinadas sociedades, ellos están limitados por roles de género inflexibles que obstaculizan su capacidad de tomar decisiones independientes. Los niños y hombres, en particular aquellos que desafían las normas de los roles de género, se ven igualmente afectados por la violencia sexual y de género. La falta de igualdad de género y las normas restrictivas sobre la masculinidad pueden generar conductas perjudiciales para las mujeres. Poner énfasis en la masculinidad positiva puede reducir las conductas negativas y la violencia, al tiempo que mejora la vida de los hombres y sus parejas, de los niños y de las comunidades locales.

El desequilibrio en el reparto justo y equitativo del poder entre mujeres y hombres restringe la autonomía femenina e impide su acceso a los recursos e ingresos, así como su control sobre los mismos. Esta disparidad afecta la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y en el ejercicio de su salud y derechos sexuales y reproductivos. La desigualdad entre mujeres y hombres se manifiesta en leyes, normas, actitudes y prácticas discriminatorias que repercuten en la familia, el mercado laboral y la educación.

Las niñas y las mujeres se enfrentan en mayor medida que los hombres a condiciones de pobreza, limitación de derechos a la tierra y la falta de acceso a los servicios de salud, la seguridad alimentaria y la educación. Las niñas y las mujeres corren un riesgo sustancialmente mayor de ser víctimas de violencia y de matrimonio infantil. También están expuestas a mutilación genital y a embarazos no deseados. La pandemia de COVID-19 fortaleció las desigualdades existentes entre mujeres y hombres , y la violencia doméstica aumentó en todo el mundo, afectando especialmente a las mujeres. El cambio climático y los conflictos también empeoran la desigualdad de género, ya que las mujeres, a menudo experimentan un acceso desigual a los recursos y disparidad de oportunidades de influir en la política, comparadas con los hombres.

Una multitud de agentes bien organizados e influyentes, incluidas las fuerzas políticas de derecha y determinadas organizaciones y alianzas religiosas, promueven una agenda conservadora de igualdad de género y de la salud y derechos sexuales y reproductivos. Estos actores, que están bien estructurados y financiados, y operan a nivel internacional, creen que los valores familiares, la cultura y la tradición están amenazados por los países y grupos que promueven la igualdad de género. Sus esfuerzos de movilización se centran especialmente en la salud y derechos sexuales y reproductivos, incluidos el derecho al aborto y la educación sexual integral, la libertad de promover la diversidad sexual y de género, y los derechos humanos de las personas LGBT+. Esto ocurre tanto en los países donde deberán hacerse efectivos esos derechos, como en los foros multilaterales en los que se negocian marcos normativos al respecto. Noruega debe actuar en ambos frentes, garantizando que exista una conexión entre nuestros compromisos nacionales e internacionales. Debemos responder con más rigor a los intentos de obstaculizar los derechos de la mujer e igualdad de género.

Noruega mantiene un enfoque amplio e integral de los derechos de la mujer e igualdad de género. Los esfuerzos desplegados en materia de mujeres, paz y seguridad se detallan en el Plan de Acción Nacional de Noruega titulado “Mujeres, paz y seguridad (2023-2030)”. Los esfuerzos a favor de las mujeres en los contextos humanitarios se abordan más ampliamente en la Estrategia humanitaria de Noruega.